CON ESPÍRITU CONSTRUCTIVOOpinión

Yesa no es Oroville

La presa de Oroville es una presa de materiales sueltos de 235 metros de altura sobre cimientos situada en el río Feather, a unos 120 km al norte de la ciudad de Sacramento en California (EEUU). Puesta en explotación en 1967, sus usos son abastecimiento, control de avenidas  y generación de energía hidroeléctrica.

El 7 de febrero de 2017, durante la liberación controlada de un caudal de agua aproximado de 1.400 m3/s, se produjeron daños de importancia en el aliviadero principal, separado de la presal. Ante esta situación, el equipo de explotación de la presa disminuyó la salida por el aliviadero principal entrando en funcionamiento el aliviadero de emergencia que no había entrado en funcionamiento hasta la fecha. El desagüe a través del aliviadero de emergencia ocasionó un proceso de erosión en la ladera aguas abajo del dique que puso en riesgo su estabilidad y, ante este riesgo, el titular de la presa decidió conjuntamente con las autoridades locales ordenar la evacuación preventiva de las poblaciones aguas abajo. Posteriormente, ante el descenso del nivel de embalse, los trabajos e inspecciones realizados en la zona afectada y la previsión meteorológica vigente se disminuyó el nivel de emergencia y los afectados pudieron volver a sus casas. En el momento de redacción de esta columna, los niveles de embalse continúan bajando y continúan los trabajos de reparación de las zonas erosionadas y de limpieza de sedimentos.

Aunque parezca paradójico a primera vista, el caso de la presa de Oroville es un ejemplo de cómo se ha aprendido de incidentes pasados. Tanto las autoridades locales como el Titular de la presa han informado con transparencia e inmediatez de la marcha de los acontecimientos. Por otro lado la presa principal no sufrió daño ni malfuncionamiento de ningún tipo y realizó su función correctamente durante los peores momentos de la crisis. Y la evacuación ordenada ha sido preventiva, con conocimiento de cuál era el problema y primando en todo momento la seguridad de las personas. Se han utilizado sistemas de información en tiempo real, modelos hidrometeorológicos de previsión, modelos de avenidas, sistemas de alerta a la población, etc. Todo esto no sale de la nada. Sale del aprendizaje de sucesos anteriores y de la difusión del conocimiento que se realiza, entre otros, a través de la Comisión Internacional de Grandes presas (ICOLD) y del Comité Español de Grandes Presas (SPANCOLD).

Sin embargo, y como también era de esperar, poco ha tardado el suceso en convertirse en munición para la contienda política. El tuit que ilustra esta columna no es más que un ejemplo, pero ha habido muchos más. La Agencia Catalana del Agua ha tenido que salir a desmentir, ante la alarma generada por medios locales, que elembalse de Foix “no es Oroville”. La alarma la había generado el hecho de que el embalse de Foix estaba vertiendo excedentes por su rebosadero, el cual está justamente diseñado para eso. Siguiendo con el esperpento, en algún medio se ha leído el titular de que “La energía hidroeléctrica es la segunda fuente de energía que más victimas causa”, basado en datos más que discutibles y totalmente falso, ya que de hecho la energía hidroeléctrica es la que más vidas salva al estar asociada a algo tan imprescindible para el ser humano como es el agua. Aunque parezca obvio, y de hecho lo es, a la vista de estos titulares no queda más remedio que recordar que donde hay aprovechamientos hidroeléctricos hay agua. Además la energía hidroeléctrica es, hoy por hoy, vital para el sistema energético de un país, ya que es  la única fuente de energía que se puede almacenar de manera masiva en las centrales de bombeo. Esta energía almacenada se puede utilizar cuando no hay viento para mover los molinos o no hay sol para las placas solares, por poner un par de ejemplos. Por si esto fuera poco, la energía hidroeléctrica es la única fuente de energía que puede dar respuesta inmediata a una parada súbita de otra central. A causa de esta inmediatez se pueden cubrir las puntas de demanda del sistema hidroeléctrico en tiempo real. Y, volviendo al tema del agua para consumo humano, también procede recordar que en España si no hubiera presas solo se podrían aprovechar el 10% de los caudales circulantes. Gracias a las presas este porcentaje supera el 45% en la actualidad.

En definitiva, que la energía hidroeléctrica tiene unas propiedades únicas que la hacen vital dentro del sistema energético de un país y es imposible cuantificar el número de vidas salvadas gracias a las reservas de agua de las presas, pero obviamente son muchas. Luchemos contra la demagogia. Con el agua no se juega.

Eduardo Echeverría García

Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Especialista en cuestiones hídricas.