Política con mayúsculas
El pasado 13 de febrero en la columna “A vueltas con el corredor Mediterráneo” publicada en Mediterráneo Press, el que suscribe manifestaba la oportunidad que significaba para esta reivindicación histórica de las regiones mediterráneas el nombramiento de Íñigo de la Serna como Ministro de Fomento, dada su fama precedente de buen gestor y su conocimiento del tema (no en vano es ingeniero de caminos). En líneas generales comentaba que era el momento acercar posturas y conseguir desbloquear una obra que lleva dos décadas latente sin acabar de arrancar.
Sin embargo, y una vez más en nuestra historia, parece que estamos empeñados en dispararnos en el pié. Tenemos ahora mismo a un gobierno central con la urgente necesidad de aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2017 sin contar a priori con los apoyos suficientes. Sería un buen momento para intentar negociar contrapartidas para la Comunidad Valenciana. Tenemos incluso un partido regional con presencia en el Congreso de los Diputados, el famoso partido de la famosa Mónica Oltra. ¿Y qué hacemos?. Pues jugar al “No es no” (¿les suena de algo?). Tal y como citaba Javier Alfonso en su acertada columna del domingo en Valenciaplaza “Montar un pollo a Rajoy”, “Compromís prefiere «montar un pollo» a Rajoy antes que utilizar sus escaños en el Congreso para tratar de sacar partido de los Presupuestos, como están haciendo el PNV y los canarios”. Mientras otros grupos políticos están negociando calladamente para obtener más financiación o que se pongan en marcha proyectos de infraestructuras pendientes, el Gobierno Valenciano está pendiente de “montar un pollo” a Rajoy.
Y esto no viene del viernes pasado, que fue cuando Mónica Oltra hizo las famosas declaraciones. Desde hace tiempo la estrategia del Consell se ha basado en asistir actos reivindicativos como el que se hizo en Madrid organizado por la Asociación Valenciana de Empresarios o en reivindicar la necesaria infraestructura en las redes sociales. Es decir, apoyar las reivindicaciones de la sociedad civil. Pero ¿Y la Política? ¿Dónde está la política con mayúsculas? Aparte de reuniones anecdóticas en el Ministerio, la estrategia del Consell (y sobre todo de la parte “Compromis” del Consell) se ha basado más en atizar el avispero de las redes sociales contra la persona con la que tienes que negociar (lo cual a priori no parece muy inteligente si de verdad se busca alcanzar acuerdos), y ahora en cerrarse a buscar beneficios para nuestra Comunidad a través de la negociación de los Presupuestos Generales del Estado. En definitiva, lo que ahora se llama “postureo” y siempre se ha conocido como gobernar para sus “groupies”. Los señores de Compromís argumentan que los Presupuestos de Rajoy inciden en los recortes, son antisociales, etc. para negarse a negociar. Mientras tanto, tenemos a los vascos y los canarios adelantándonos por la derecha.
Necesitamos Política con mayúsculas. Y la política con mayúsculas sería sentarse con el Gobierno a negociar el apoyo (o cuando menos la abstención) a los Presupuestos Generales del Estado a cambio de contrapartidas para la Comunidad Valenciana. No es justo que las cosas sean así, y no debería a llegarse a un mercadeo para conseguir las inversiones necesarias y una financiación justa, pero siempre ha sido así. En eso precisamente consiste la política, en alcanzar acuerdos. Y parece que en otros partidos políticos lo tienen más claro. Incluso si más adelante en el último momento ofrecen su abstención para que puedan salir adelante a cambio de contrapartidas poco se podrá hacer, porque el documento ya está cerrado.
Por su parte Ximo Puig, que parece que sí que tiene claro lo que ha de hacer, ha solicitado una reunión con el Ministerio de Fomento para diseñar una hoja de ruta “creíble” para el corredor Mediterráneo. Es lo que tiene que hacer y ahora además es un buen momento, aprovechando la oferta millonaria de inversiones en Rajoy para Cataluña. Esperemos que no le monte “un pollo” al Sr. Rajoy. Se empieza a observar una evidente saturación entre el respetable hacia los “numeritos” de ciertos políticos.