“Con mi renuncia he querido dar un toque de atención¸ y evitar errores como los que padecimos en Vistalegre de personalizar el debate”
Me preocupa más la idea de conseguir un documento integrador que quién será el nuevo secretario general.
ENTREVISTA A ANTONIO MONTIEL · SECRETARIO GENERAL DE PODEMOS CV
Antonio Montiel es de hace tres años el secretario general de Podem CV. En el ámbito orgánico acaba de anunciar su intención de no presentarse a la reelección. Con ello, según explica a Mediterráneo Press, trata de evitar los mismos errores de la asamblea nacional de Vistalegre, donde la organización se “fracturó” por personalizar el debate en Iñigo Errejón y Pablo Iglesias. Considera que Podemos sólo será válido “si continua la idea de la transversalidad y de poder sumar más gente, y de no arrinconarnos en una esquina del tablero”. Defiende que la importancia de llegar a un acuerdo en torno a un documento integrador, ya que Podem se juega su futuro estos días. Respecto al Acord del Botànic, considera que “no correrá peligro si el Consell es leal”.
¿Por qué abandona la secretaria general?
Yo lo que hago es no presentarme a la reelección. Sé que es difícil de entender, porque en política parece que pesan demasiado los hábitos y inercias que conducen a la gente a perpetuarse en poder. Creo que estamos aquí para buscar soluciones a los problemas de la gente y que eso debe ser prioritario frente a los personalismos y ambiciones improductivas, por lo tanto, he querido dar un toque de atención. Podemos no es solamente una fuerza política nueva que dice que hace una nueva política, sino que la ponemos en valor: somos coherentes. Nosotros no hemos venido a mantener sillones y acumular cargos, sino que creemos en proyectos. Creo que, en este momento, teníamos que demostrar que el proyecto está por encima de las personas, y había que evitar errores como los que padecimos en Vistalegre de personalizar el debate. Para hacerlo más plural, y que, nadie partiera de posiciones de ventaja, lo mejor era anunciar que no me presentaría a la reelección.
¿En qué situación se encuentra Podemos?
Yo creo que la organización se encuentra en un momento transcendental con un mucha responsabilidad por parte de la gente para construir una herramienta, y creo que la gente ha entendido, fundamentalmente después de mi anuncio, que hay un doble reto, por un lado, tenemos que afinar la herramienta para que pueda ser efectiva y dar solución a los problemas de la gente, y por otro, desarrollarla para estar en las mejores condiciones para ser una fuerza mayoría en el 2019.
El proyecto global de Podemos sigue siendo válido. La idea de la transversalidad, de poder sumar más gente y de no arrinconarnos en una esquina del tablero defendiendo ideas de sentido común”
¿Teme que su marcha y la victoria de Pablo Iglesias lleven al partido a posiciones más radicales?
Yo creo que no. Podemos es una organización muy joven, donde conviven muchas sensibilidades que pueden expresar su opinión dentro de un proyecto compartido. Me parece que el proyecto global sigue siendo válido. La idea de la transversalidad y de poder sumar más gente, la idea de no arrinconarnos en una esquina del tablero, defendiendo ideas de sentido común que puedan hacer sentirse a mucha gente representada en el proyecto sin preguntar si antes votaba izquierda o derecha. Eso es lo que debemos continuar poniendo en valor, y eso va a seguir siendo así, por lo tanto, seremos una voz crítica y exigente, pero funcionaremos con sentido de estado. Queremos cambiar las cosas, pero que también funcionen. Podemos compaginar las dos cosas: una crítica feroz defendiendo a ultranza los intereses de la gente, pero, también una capacidad de diálogo y negociación para dirigir el país.
Me parece más interesante el proceso que estamos viviendo estos días para tratar de llegar a un acuerdo en torno a un documento integrador
¿Estaría dispuesto a continuar como portavoz parlamentario, si la nueva dirección se lo pidiera?
Es pronto para saber cuántas candidaturas, quiénes las formarán y cómo quedará el grupo parlamentario. Me parece más interesante el proceso que estamos viviendo estos días, donde se están produciendo distintos encuentros de trabajo para tratar de llegar a un acuerdo en torno a un documento integrador. Eso es lo importante, las personas que pongan cara a ese documento integrador será cuestión de las elecciones primarias. Me preocupa más la idea de conseguir un documento integrador que quién será el nuevo secretario general.
En Vistalegre se personalizó en exceso el debate, quedó una especie de fractura o herida interna”
¿Y eso es lo que ha querido lograr su decisión de no presentarse?
Es un error simplificar las cosas y personalizar los debates. Creo que nunca se debió hablar del documento de Pablo o el documento de Iñigo, o de sus candidaturas. A pesar de que Pablo era el candidato para la inmensa mayoría de los que participábamos en los debates, se personalizó en exceso, y eso ha traído una situación agridulce, y quedó una especie de fractura o herida interna. Y creo que para evitar que eso nos pasara en la Comunitat Valenciana lo mejor era dar un paso al lado.
¿Pero, también influyó el cambio en la dirección del grupo parlamentario?
Esa decisión se votó en el consejo ciudadano estatal sin voto en contra y con alguna abstención. Reconozco, como militante, que me hubiera gustado que las cosas se hicieran de otra manera, pero se aprobaron así por el órgano político estatal. Yo respeto las decisiones adoptadas y soy leal con las mismas.
Si el Consell es leal al acuerdo, y es capaz de escuchar a las organizaciones sociales, pienso que el acuerdo puede ir bien”
¿El cambio en la dirección de Podem afectará al Acord del Botànic?
Si el Consell es leal al acuerdo, y es capaz de escuchar a las organizaciones sociales, pienso que el acuerdo puede ir bien. A mí me preocupa que el Consell desconecte de la sociedad civil y que el gobierno se enroque en sí mismo, y este más preocupado en sus cuotas de poder, y en sus problemas internos, que en resolver los problemas de la ciudadanía. Eso sí que me preocuparía, y eso sí, que haría peligrar el acuerdo.