Francisco y el Patriarca Coptos sellan un “esfuerzo común en la búsqueda de la unidad”
El viaje apostólico del Papa Francisco a Egipto ha sido uno nuevo signo de los muchos realizados por el pontífice durante estos años que han supuesto algo distinto para la humanidad. Si el viaje empezó con claros signos hacia la paz entre los hombres y un rechazo de los extremismos, junto a los mulsumanes, este sábado se vivió un claro signo hacia la unidad de los cristianos a la finalización del encuentro entre el Papa Francisco y el Patriarca de los Coptos, Tawadros II, con la firma de una Declaración Conjunta en la Sede del patriarcado de El Cairo.
En la declaración resaltan el privilegio de estar juntos en Egipto, “una señal de que nuestra relación es cada año más sólida, y de que seguimos creciendo en cercanía, fe y amor en Cristo nuestro Señor”.
Tawadros II y Francisco constatan que esta experiencia común de comunión antes de la separación reviste un significado especial para los esfuerzos actuales, encaminados a restaurar la plena comunión. “La mayor parte de las relaciones que existieron en los primeros siglos entre la Iglesia Católica y la Iglesia Copta Ortodoxa han continuado hasta nuestros días, escriben, a pesar de las divisiones, y han sido recientemente revitalizadas. Suponen un desafío para que intensifiquemos nuestros esfuerzos comunes y perseveremos en la búsqueda de la unidad visible en la diversidad, bajo la guía del Espíritu Santo”.
La Declaración Conjunta recuerda que, “cuando los cristianos oran juntos, se dan cuenta de que lo que los une es mucho más de lo que los divide”. Por eso, el anhelo de unidad se inspira en la oración de Cristo «que todos sean uno». En este sentido invitan a profundizar nuestras raíces comunes en la única fe apostólica.
“Intensifiquemos nuestra incesante oración por todos los cristianos de Egipto y de todo el mundo y, especialmente, por los de Oriente Medio. Las trágicas experiencias y la sangre derramada por nuestros fieles, que han sido perseguidos y asesinados por la única razón de ser cristianos, nos recuerdan aún más que el ecumenismo del martirio es el que nos une y nos anima en el camino hacia la paz y la reconciliación”, constatan.