Implantar un sistema de devolución de envases (SDDR) supondría un coste adicional de 1.784 millones
La Cátedra de la Unesco sobre el Cambio Climático desaconseja el sistema que costaría más de 96 euros por familia, exige más tiempo y espacio para el reciclaje, y su única ventaja es paisajística
Ni económicamente, ni medio ambientalmente, ni socialmente. La implantación de un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) para envases de un solo uso en España tendría un coste adicional de 1.784 millones de euros para el conjunto del sistema, o lo que es lo mismo, cada familia española pagaría casi 96 euros más al año, que los del sistema de reciclaje actual (SCRAP). Además, resultaría perjudicial para el medio ambiente, y también implicaría un mayor coste social.
Así lo refleja el “Estudio de sostenibilidad sobre la introducción de un SDDR obligatorio para envases de bebidas en España: análisis ambiental, social y económico comparativo con la situación actual” elaborado por la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático de ESCI-UPF, un sistema muy similar al que está preparando la Conselleria Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural para implementar en la Comunitat.
El estudio, dirigido por el director de la cátedra, Pere Fullana, analiza el coste económico, ambiental y social del sistema SDDR en con comparación con el sistema de reciclaje actual (SCRAP), y concluye que los envases sometidos a SDDR se gestionarían con un coste 11 veces superior al actual, a consecuencia de los costes de etiquetado, manipulación en el punto de venta, transporte y conteo o pre-tratamiento de estos residuos de envases. En este sentido, los puntos de venta implicados serían 317.206, siendo los establecimientos de hostelería, restauración y café-bar los más afectados (80,4%).
Además, el SDDR lleva asociado un incremento de coste de la gestión del resto de residuos de envases no sometidos al sistema en 138,3 millones de euros, motivado por la imposibilidad de prescindir de las infraestructuras fijas que se disponen para la recogida de envases y por la pérdida de economías de escala (al gestionar menos toneladas son menos eficientes).
Coste social y medio ambiental
A nivel social, la implantación del sistema SDDR implicaría un mayor impacto social asociado a la gestión de residuos. Según el estudio, los ciudadanos deberían dedicar un 50% más de espacio en sus hogares, y además, el tiempo dedicado para la gestión de los envases sujetos al SDDR aumentaría hasta 6 veces más.
Estas son las principales conclusiones obtenidas al aplicar, en el primer caso, la metodología de reciente aparición, huella socia, utilizada por primera vez en la gestión de residuos, y al realizar, por otra parte, un análisis de los beneficios y perjuicios socialesque ocasionaría la implementación del nuevo sistema.
A nivel medio ambiental, se considera “un paso atrás”, ya que los resultados también son desfavorables para el nuevo sistema, pues, 5 de los 6 indicadores ambientales estudiados mediante análisis de Ciclo de Vida se observaría un aumento del impacto ambiental, en mayor o menor medida, tras la introducción del SDDR, cuya única ventaja sería la reducción de los envases abandonados en espacios públicos
En este sentido, según el estudio, el SDDR empeora la situación actual en cinco de los seis parámetros medioambientales analizados, siendo el más claro es la Eutrofización (64,1 %), seguido de la Lluvia Ácida (31,4 %), el Calentamiento Global (19,4 %) y el Agotamiento de Capa de Ozono (18,9%). También se observa cierto empeoramiento, pero en menor medida, para la Formación de Smog Fotoquímico (7,2 %). Solo para el Agotamiento de Recursos la introducción del SDDR supondría una ligera mejora (10,2%).
A nivel los equipamientos, el SDDR aumentaría el impacto entre 4 y 5 veces para indicadores como la Acidificación, Calentamiento Global y Eutrofización, ya que, junto a los contenedores en acera, requeriría de la instalación de un gran número de máquinas, así como disponer de cajas y bolsas de plástico para la recogida automática y manual de envases en los establecimientos comerciales.
De igual manera, aumentaría el impacto significativamente en la recogida y el transporte, entre 2 y 3 veces, pues, el 54% de los envases (tanto envases ligeros como de vidrio) deberían gestionarse manualmente y ser transportados sin compactar hasta las plantas de conteo. Esto, según los responsables del estudio, resultaría mucho menos eficiente y provocaría un aumento de las emisiones de CO2 y óxidos de nitrógeno, entre otras.
El estudio, que ha sido financiado por Ecoembes, Ecovidrio, la Federación de Industrias de Bebidas (FIAB), se ha basado en el pliego publicado por la Agencia Catalana de Residuos para la introducción del SDDR en Cataluña, y según los autores, las conclusiones no se modificarían en exceso para el caso de la Comunitat Valenciana, a pesar de que aquí no se contempla la obligación de obligar al canal de hostelería a gestionar envases vendidos en otros establecimientos.