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Rafa García cuestiona el formato de avales de las primarias al propiciar presiones

El aspirante socialista presenta su hoja de ruta para el PSPV basada en poner la mayoría de decisiones en manos de la bases, incluido el Pacte del Botànic

Sin miedo a lo que pueda suceder. Así, se presentó el alcalde de Burjassot, y aspirante socialista a la secretaria general del PSPV-PSOE, Rafa García, este jueves en la sede de Blanquerías para presentar la hoja de ruta de su proyecto La fuerza de la militancia arropado por algunos de sus colaboradores como el ex diputado, José Camarasa. Y lo hizo, sin miedo a nada y con la intención de cuestionar buena parte de los actuales mecanismos del PSPV que, en su opinión, no funcionan correctamente.

Y, en este punto, no podía faltar el sistema de recogida de avales en los procesos de primarias, porque propicia que algunas personas se sientan legitimadas para ejercer presión y conseguir así más apoyos, al afirmar que «desde algunas agrupaciones me han expresado que se han podido sentir presionadas y que no han tenido total libertad para decidir a quién dirigir su aval», si bien, no concretó ni dónde ni quién, aunque asegura que «el problema es evidente porque, en las elecciones, el número de votos no coincide con los avales». En su lugar, propone un modelo de recogida telemática en el que no se puedan dar estas situaciones.

Más allá de esta renuncia, su hoja de ruta pasa por impulsar un partido justo, fuerte y más participativo, o lo que puede parecer una cierta podemización del PSPV, ya que quiere poner la mayoría de decisiones a adoptar en manos los militantes, pues, según entiende, «tomar decisiones sin contar con los militantes o en contra de su opinión significa un partido dividido». Así, su propuesta pasar por «impulsar la revolución democrática que de voz a la militancia», apostando por la creación del defensor del militante y  un debate anual sobre el estado del partido para que los militantes reciban explicaciones y puedan conocer la gestión.

Dicha participación, según Rafa García, tiene que ir a todos los ámbitos de decisión del partido, incluida la acción programática y sobre todo los pactos del gobierno, apuntando que “no pueden haber más Botànic sin opinar la militancia”. Su modelo es cien por cien sanchista, y pone como ejemplo el referéndum que vivió el PSOE hace un año para refrendar el fallido pacto con Ciudadanos a nivel estatal, y aseguró predicar con el ejemplo: “en Burjassot la militancia ha respaldado y opinado sobre el acuerdo con Compromís antes de ejecutarse”, lo que “no puede ser es las decisiones las tomen entre cuatro. Ese tiempo ha acabado”. Y, en este sentido opina que el Pacte del Botànic “debería haberse sometido a la valoración de la militancia”.

Así, García pretende crear un partido sin miedo al debate, en el que la toma de decisiones se haga de abajo hacia arriba, que responda a las demandas sociales y en el que los cargos públicos y orgánicos deban rendir cuentas. Ha hecho hincapié en que el PSPV tiene una clara vocación de gobierno: «queremos impulsar un proyecto político autónomo, el PSPV no es multimarca y no queremos una réplica del Acuerdo del Botánico», rechazando Entesas al Senado como la planteada por Ximo Puig en las pasadas generales, y que fue vetada por Pedro Sánchez, y que supuso la ruptura de todo puente entre ambo dirigentes socialistas. Desde ese día el president no volvió a acudir a ningún de ámbito orgánico presidido por Sánchez.

De igual manera, se ha mostrado partidario de crear otro Pacte del Botànic si el PSPV no consiguiera la mayoría absoluta y siempre pidiendo opinión a los militantes, pero, en principio, aboga por presentarse en solitario a las elecciones: «El PSPV tiene que ser un partido moderno, renovado, abierto, dinámico y vertebrador, donde las gestoras no duren más de 90 días”.

También, ha defendido  que el PSPV debe ser  una izquierda valiente, feminista y que apoye la diversidad, con nuevos organismos como el Consell de alcaldes, una red de activistas simpatizantes a partir de la creación del Estatuto del Simpatizante y una secretaría LGTBI.

Código de Buenas Prácticas

Por su parte, el secretario general del PSPV, Ximo Puig, celebró este jueves en San Juan su primer acto de campaña de las primarias, donde propuso desarrollar un Código de Buenas Prácticas donde se regulen unas normas mínimas de convivencia y respeto entre militantes, ya que “no podemos permitir que haya publicidad negativa en nuestros procesos de primarias”.

Puig entiende que “las primarias son un proceso positivo, de democracia interna en el que somos pioneros y por tanto deben servir para fortalecer y enriquecer al partido a través del debate y jamás como batalla interna de insultos que solo le da argumentos a la derecha”, y ha apostado por un partido “más fuerte, participativo, y unido que dé soluciones a los problemas de los ciudadanos, que deje de mirarse el ombligo y afronte los nuevos retos”.

“El PSOE nació para mejorar la vida de las personas y no para luchas internas” ha señalado Puig al tiempo que ha incidido en que “ahora desde la Generalitat lo estamos consiguiendo, estamos aplicando políticas de izquierdas, estamos transformando la sociedad siempre pensando en los ciudadanos”.