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“Ser Capital Mundial supone para Valencia ser vanguardia en cuestiones de alimentación sostenible”

Vicente Domingo • Comisionado de Valencia, Capital Mundial de la Alimentación Sostenible 2017

Queremos que la Declaración de Valencia incluya el derecho a la alimentación sostenible como un derecho universal”

Valencia fue elegida hace un año Capital Mundial de la Alimentación Sostenible 2017. En las próximas semanas se celebrarán distintos encuentros de ámbito mundial, entre ellos, un encuentro mundial de ciudades. El responsable de todo ello es Vicente Domingo quien lleva un verano a cien por cien para que nada falle. Según el comisionado, la capitalidad está suponiendo para la ciudad “ser vanguardia” entre las ciudades de todo el mundo por estas cuestiones. De hecho, la declaración del encuentro de alcaldes incluirá el reconocimiento del derecho a la alimentación sostenible como un derecho universal.  Domingo defiende que el entorno de huerta de la ciudad es esencial para esta referencia, y apuesta por la creación de una serie eventos que den continuidad a la capitalidad.

¿En qué consiste ser Capital Mundial de la Alimentación Sostenible?

Consiste en orientar los deseos y los anhelos largamente labrados por organizaciones como FAO que, desde hace años, necesita una nueva ventana, un espacio de relación con las ciudades. A esos deseos se añade la presentación hace dos años, en octubre de 2015, bajo el contexto de la exposición internacional de Milán, la intención de unir ciudades de todo el mundo con los claros y legítimos objetivos de unir a ciudades de todo el mundo con el objetivo de velar  por sistemas de alimentación sostenibles para sus ciudadanos. A esa primera convocatoria, se unió 143 ciudades que representaban a más de 470 millones de personas con el objetivo de dar una solución a un problema de muchos años que empezaba a tomar formar. Ser Capital Mundial de la Alimentación Sostenible, 2017, en nuestro caso supone, ser la vanguardia, la ciudad encargada de diseñar la arquitectura relacional estable, los protocolos, los cimientos,…, de una nueva manera incuestionable de relacionarse entre sí las ciudades preocupadas por cuestiones de alimentación sostenibles con el respaldo de la FAO, que es la encarga de las Naciones Unidas para la alimentación y la nutrición.

¿Puede definir qué es alimentación sostenible?

La alimentación sostenible según FAO es un sistema alimentario que permite la generación de alimentación dentro de parámetros que supongan la verdadera nutrición de la población y garanticen esos mismos sistemas en las próximas generaciones. Decir alimentación sostenible suponer tocar muchos temas diversos. Hace 43 años, los jefes de estados en Naciones Unidas votaron y aprobaron que el derecho a la alimentación es un derecho universal. El mundo ha cambiado mucho. Consideramos que es importante ir un paso más allá, y replantearse qué es un derecho universal, porque si consideramos la palabra “sostenible” estamos abriendo la puerta al pequeño agricultor, a una alimentación más sana, a trabajar por el desperdicio alimentario, a la alimentación de temporada,…, es decir, pequeños gestos que si se multiplican  por millones sí generan sistemas alimentarios sostenibles en un mundo donde hay 800 millones de personas con problemas de obesidad y de salud cardiovascular y de glucosa con 800 millones de personas con desnutrición, conviviendo la malnutrición con la desnutrición.

¿Cómo llegó usted aquí?

De manera que muchos doctores en hospitales acaban creando una ONG para vincular su rendimiento profesional a algo más que un sueldo. En mi caso fue que en el año 2002 inicié un proceso que culminó en 2004 en una fundación que culminó en un portal de información, que era humania, una plataforma en que cualquier forma de la sociedad civil puede publicar sus eventos, noticias, videos,… Eso derribo en tener relación con departamentos de comunicación de distintas ONG, así como con departamentos de agencia de Naciones Unidas, que publicaban en la plataforma, entre otros de FAO. Y desde ahí surgió todo, en septiembre de 2015, con la llegada del actual alcalde, que además es ingeniero agrónomo. Muchas veces las carambolas del destino nos reconducen en la vida. Y eso ha pasado.

¿Cuáles son las acciones previstas para los próximos meses?

Las principales energías ya están enfocadas a conseguir que el encuentro de alcaldes del Pacto de Milán, que se celebrará los días 19,20 y 21, sea un éxito. A parte de esto, tendremos los días 15 y 16 de septiembre, el encuentro titulado Sociedad Civil, Alimentación y Ciudades Sostenibles donde ya se ha confirmado la presencia de entidades y asociaciones del estado español que quieren comprobar hacia donde van las cosas. La primera semana de octubre tendremos una Semana dedicada a Salud y Alimentación, donde la sociedad civil tendrá una serie de encuentros y conferencias. Además, se van a presentar dos libros, uno dedicado a los Labradores de la Tira de Contar, que es una institución emblemática de la ciudad de Valencia del año 1230, y otro, una edición especial de  FAO con motivo del año de las legumbres, que fue el año pasado, y que trata de vincular ambos eventos: el año de las legumbres y la capitalidad. También, los días 24 y 25 de septiembre habrá un Congreso sobre Verduras, Alimentación Sostenible e Investigación.  En noviembre se celebrará un Encuentro Mundial de la Restauración Colectiva, donde las grandes empresas que abastecen a cárceles, colegios, hospitales, líneas aéreas,…, van a tener este encuentro.  Y en diciembre, Naciones Unidas prepara un encuentro de sus diversas organizaciones  en España, aunque no está cerrado al detalle.

¿En qué consistirán el encuentro Sociedad Civil, Alimentación y Ciudades Sostenibles?

Se trata de un gran encuentro de compartir buenas prácticas por parte de agentes que han nacido de la sociedad civil en los últimos años y que hoy algunos tienen responsabilidades en ciudades como Córdoba, Málaga, Pamplona,.., y que trabajan en repensar sistemas de alimentación locales. Lo que queremos con este encuentro es unir diversas acciones impulsadas por la sociedad y que aquí se reúnan y busquen sinergias conjuntas. Se tratan de aportaciones de la sociedad civil que son vanguardia en cuanto a nuevos sistemas de alimentación que luego le haremos llegar a los alcaldes en octubre.

¿Y el evento político de octubre?. ¿Cómo va su organización?

El encuentro será jueves, viernes y sábado. La mañana del jueves será eminentemente técnica, con dos reuniones, una en torno al proyecto de  FAO city-to-city, que será la culminación de un programa de cinco años donde participarán técnicos de las ciudades de Toronto, Utrecht, Colombo,… En paralelo, habrá otro encuentro de eurocities sobre sistemas de trabajo ciudadano de la Unión Europea, en el que participarán ciudades como Bristol o Birmingham. La tarde jueves tendrá tres paneles sobre el Pacto de Milán: objetivos del milenio, sistemas rurales y cuestiones de gobernanza.  La jornada del viernes será cien por cien política, con un debate de alcaldes, donde participará la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y pretende tomar conciencia sobre la responsabilidad del alcalde de asegurar sistemas de alimentación y agua portable sostenibles para esta generación y las siguientes, porque si hoy inviertes un millón de euros en sistemas educativos y alimentarios sostenibles te estás ahorrando diez millones en sistemas sanitarios dentro de diez años. La ecuación es clara y nadie la puede tumbar. Se trata de hacer llegar a la asamblea general de las Naciones Unidas que el derecho a una alimentación sostenible sea un derecho universal equiparable al acceso al agua o el derecho a la educación, pues, sólo así conseguiremos la implicación de los alcaldes. Hasta hace unos años no había ningún problema de obesidad en niños en México y ahora hay muchos niños que con 11 años pesan más de 100 kilos, por no hablar de estados unidos. El viernes por la tarde será la ceremonia de entrega de los Premios del Pacto del Milán a la que se han presentado hasta 42 ciudades, y un jurado decidirá que ocho prácticas son las más presentables, y de ellas, dos conllevarán premio económico. Y el sábado está dedicado a  la transferencia de información y conocimiento, es decir, a mantener contactos bilaterales entre ciudades, y con los expertos que participarán en el encuentro.

¿Cuál será la Declaración de Valencia?

Básicamente irá en cimentar todo lo que estamos poniendo en marcha este año. El texto en el que estamos trabajando va en la línea ya comentada de que se debe considerar el derecho a la alimentación sostenible como un derecho universal. Este gesto generará los cimientos para garantizar la dignidad y sostenibilidad de pequeños productores, de personas que se interesan por una dieta más sostenible, de sistemas de gobernanza que trabajen por una dieta de alimentos, de programas que trabajen por minimizar el desperdicio alimentario,…, es decir, que salga una llamada a Naciones Unidas que reafirme los valores del Pacto de Milán como valores universales de manera que una ciudad no firmante del pacto vea en dichos valores una enseña para articular políticas entorno a los mismos.

A día de hoy tenemos confirmada más 60 ciudades de todo el mundo en el encuentro de alcaldes de octubre»

¿Cómo va la participación para en el encuentro político?

A día de hoy estamos tenemos confirmadas más 60 ciudades participantes, y creo que nos aproximaremos al centenar, lo cual sería un gran dato de participación. Está claro que todas las ciudades firmantes del Pacto de Milán no vendrán por razones de coste económico, porque desplazar a una persona desde la otra parte del mundo para dos días no todo el mundo se puede plantear. Por ello, se está trabajando en dos líneas, la retransmisión del encuentro vía streaming, así como la posibilidad de que el encuentro presencial tenga una interconexión online posterior para desarrollar los trabajos y contactos iniciados estos días en Valencia. En este sentido, FAO va a presentar una plataforma muy interesante para compartir experiencias y errores entre todos los participantes. Pero, lo importante es la voluntad de la ciudad en participar en todo este proyecto de sostenibilidad alimentaria.

Me gustaría que se recuerde 2017 como el año en que redescubrimos nuestros valores alimentarios de siempre”

¿Supone una carga ser el comisionado de la primera capitalidad mundial?

Para mí personalmente supone una experiencia inolvidable y la percepción de que hay más buena voluntad en el mundo de lo que parece, aunque los telediarios nos hagan parecer lo contrario. Hay ciudades muy interesantes que están presentando su candidatura a la capitalidad. Ese era uno de los retos de mi trabajo conseguir una línea de universalidad para el Pacto de Milán y una continuidad tras este primer año.

¿Y a nivel local, cuál es su reto?

Una toma de conciencia pausada, un goteo tranquilo y una reconsideración de que vivimos en un lugar privilegiado. Me gustaría que dentro de unos años se recuerde el año 2017 como el año en que los valencianos redescubrimos desde fuera nuestros valores alimentarios de siempre, de manera que después de la excitación colectiva de esta experiencia quedó algo más profundo. Y otro objetivo sería la capacidad relacional que está generando la capitalidad en materia de alimentación sostenible.

Valencia es un ejemplo y referente de muchas ciudades, porque ha sido un sistema de generación de producto que gestiona muy bien la temporalidad”

¿Valencia es una ciudad con alimentación sostenible?

Es una de las ciudades más sostenibles. Somos ejemplo y referente de muchas ciudades. Tenemos la suerte de vivir en una parte del mundo que se hacen hasta cuatro cosechas. Eso es un regalo. Tenemos un entorno de huerta, elegido por FAO, porque ha resultado ser ejemplar, y porque, durante siglos, ha sido un sistema de generación de producto de mucha calidad, de dietas saludables basadas en la ingesta de frutas y verduras con un porcentaje adecuado de dieta animal (no más de lo que se precisa), que gestiona muy bien la temporalidad (cuando toca naranja, berenjena,..), y un 60% de la alimentación que se consume en la ciudad de Valencia está relacionada con la proximidad.

Otro reto a conseguir es que los jóvenes se aprovechen y disfruten del entorno de alimentación que tiene aquí”

¿Pero, este sistema de alimentación no cuaja mucho entre los jóvenes?

Es que el mercado es diabólico. La gente joven es un objetivo de las modas. A veces es llamativo como niños y niñas se alimentan con bollería no saludable cuando a pocos metros tiene a acceso a frutas, verduras y dulces muchos más adecuados a su ingesta. La comida rápida es un interesante nicho para repensar de forma sostenible. Es verdad que la gente joven es más vulnerable a estos sistemas no sostenibles, pero hace poco estuve en París en un encuentro de jóvenes donde tenían una conciencia de alimentación envidiable. Ese sería otro reto a conseguir es que los jóvenes se aprovechen y disfruten del entorno de alimentación que tiene aquí.

Es grato comprobar que desde el sector privado, empiezan a abrazar estas iniciativas desde la honestidad de que hay una nueva oportunidad”

¿Las empresas están apoyando la capitalidad?

Hay mercado para estas cosas. El sector privado ha comprobado que hay familias que pagan un poquito más para tener productos ecológicos, sostenibles,…, es decir, hay un mercado. Si observa cualquier gran distribución ya existe un rincón de productos ecológicos sostenibles. Eso está ahí que demuestra que no estamos ante una moda pasajera. Es un paradigma lleno de propuestas distintas y sectores que conviene revisar porque sí que es evidente que hay sistemas que sí son insostenibles. Es grato comprobar que desde el sector privado, que es quien mejor percibe las tendencias de consumo, empiezan a abrazar estas iniciativas desde la honestidad de que hay una nueva oportunidad.

No será difícil articular, pasados algunos meses, un encuentro empresarial sobre alimentación sostenible”

¿No falta un evento más empresarial?

No creo que se haya perdido esa oportunidad, lo vincularía a una de esas posibilidades futuro, porque aunque la capitalidad termine el 31 de diciembre una de las cosas por las que voy a trabajar, y en las que coincidimos todos, es que un año da para lo que da. Unas primeras necesidades, como el trabajo de arquitecto de todo este espacio nuevo, le ha tocado a la ciudad de Valencia. Empresas como Consum, Zumo o Caixa Popular,…, han tenido un papel importante en todo este proyecto. Y no creo que sea difícil articular, pasados unos meses, en colaboración con algún departamento del Consell, un tipo de encuentro empresarial sobre alimentación sostenible soportado por la economía social o por el tejido productivo, o algún tipo encuentro de tipo social con alcaldes del área metropolitana. Se trata de ir alargando las sinergias de la capitalidad a los próximos años.

¿Cómo se puede aprovechar auge del sector agroalimentario valenciano con el surgimiento de nuevas empresas?

Entre los grandes argumentos que se expusieron para defender la capitalidad no sólo se utilizaron los valores tradiciones del agricultor, el tribunal de las aguas,…, sino  también otros factores. La configuración de modernidad y tradición en Valencia se hace realidad, porque tenemos centros como el IATA y AINIA punteros en e l mundo y dos de las mejores universidades del estado  español con investigadores punteros en temas agroalimentarios: desde economía agrícola a la composición molecular  de partículas alimentarias con el generador de partículas de Ginebra, creando un clima altísimo de desarrollo que está al servicio del agricultor tradicional para mantenerlo. Vivimos un entorno muy interesante relacionado con el placer de alimentario, donde Valencia es un lugar valioso de investigación agropecuaria de primer nivel que coexite con un entorno en el barrio de Benimaclet rodeado de huerta. Es una ciudad mediterránea pegada al mar, con proyectos de recuperación de pesca tradicional, que hace haya sido un acierto el nombramiento como capitalidad europea.