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Jóvenes valencianos retoman las vigilias mensuales oración en la Basílica

Cuentan con la presencia del obispo auxiliar de Valencia monseñor Arturo Ros

La Basílica de la Virgen de los Desamparados de Valencia ha reanudo este  viernes, con un primer encuentro, las tradicionales vigilias de oración de jóvenes, que se reúnen todos los meses a rezar entorno a la patrona. Durante el primer encuentro  se ha presentado el nuevo calendario de actividades juveniles para el curso 2017-2018.

El encuentro de oración de la Basílica, que tendrá lugar los primeros viernes de cada mes, comenzó a las 22 horas, presidido por el obispo auxiliar de Valencia, Arturo Ros, está organizado por la delegación diocesana para la Infancia y la Juventud del Arzobispado.

Entre las actividades para el nuevo curso figura la celebración de una Misión de Evangelización Nightfever, el próximo 31 de octubre así como la Trobada 2milipico que reunirá los días 11 y 12 de noviembre a los educadores del movimiento diocesano Juniors.

Igualmente, a finales de noviembre se desarrollará la convocatoria Luces en la ciudad y también se retomarán los encuentros de oración Llum a la nit de Juniors MD, la vigilia de la Inmaculada o el recibimiento de la Llum de la pau en nuestra diócesis.

Finalmente, la peregrinación al Encuentro Europeo de Taizé este año se celebrará en la ciudad suiza de Basilea del 28 de diciembre al 1 de enero.

Jóvenes durante la vigilia. Foto: J.Peiró

Las vi­gi­lias de ora­ción de jó­ve­nes co­men­za­ron en 2009 a ini­cia­ti­va del en­ton­ces ti­tu­lar de la ar­chi­dió­ce­sis de Va­len­cia, monseñor Car­los Osoro, y se desa­rro­llan des­de en­ton­ces los pri­me­ros vier­nes en la Ba­sí­li­ca de la Vir­gen con la par­ti­ci­pa­ción de cien­tos de jó­ve­nes.

Cada vi­gi­lia co­mien­za con la ex­po­si­ción del San­tí­si­mo, tras la que se lle­va a cabo la lec­tu­ra de un sal­mo y la pro­cla­ma­ción de una lec­tu­ra vo­ca­cio­nal. Ade­más, el en­cuen­tro in­clu­ye una ca­te­que­sis di­ri­gi­da a los jó­ve­nes, las pe­ti­cio­nes, el rezo del Pa­dre Nues­tro y del Mag­ní­fi­cat y, fi­nal­men­te, la ben­di­ción con el San­tí­si­mo.