El futuro es presente
No hace mucho, en plena crisis financiera, comenzamos a familiarizarnos con términos económicos y sociales como eran: Prima de riesgo, euribor, agencias de calificación de riesgo y la tan manida globalización, entre otros.
Actualmente, y en la época en la que vivimos, y dejando poco a poco atrás esta profunda crisis económica, que aun padecemos, y que nos ha hecho entender aspectos de la economía global que antes desconocíamos, nos llegan nuevos términos que tenemos que conocer con el fin de entender el cambio social de estos tiempos: Inteligencia artificial, robotización, impresión 3D, transporte autónomo, transformación digital…
En los próximos meses inmediatos, el compromiso de los sectores público y privado con el desarrollo económico y la mejora de la calidad de vida en la Comunitat debe apostar por una economía basada en un modelo productivo sostenible cuyos pilares se sustenten en el conocimiento y cuente con la industria, y su empoderamiento, como herramienta política que llegue a cimentar, sólidamente, el crecimiento de nuestra economía, mejore nuestra competitividad empresarial y fomente la creación de un empleo estable y de calidad en la Comunitat Valenciana, tal como vino a indicar Felipe VI en su discurso navideño.
Tenemos un reto global como sociedad y es que en un mercado global abierto 24 horas al día y 365 días al año, debemos apostar por el conocimiento técnico para una eficaz transformación digital de nuestra sociedad, en general, y de nuestra industria, en particular.
Estamos compitiendo en un mundo globalizado donde más del 50% de la población mundial es usuario de internet, empleándose más de 8.000 millones de dispositivos móviles activos y, en el Internet de las Cosas (IOT), coexistiendo unos 20 mil millones de dispositivos interconectados, con proyección de alcanzar, en breve, los 50 mil millones. Como ejemplo digital, en un sector como el del comercio en España, actualmente, las ventas online han crecido muy rápido, por encima del 20%, a pesar de que se observa como su penetración en el mercado, sin obviar su tendencia al alza, es actualmente menor, representando sólo el 4% de las ventas minoristas.
Frente a esta situación actual, que no futura, no podemos perder de vista que nuestra sociedad cuenta con el conocimiento técnico que dispensan las grandes universidades públicas de carácter técnico, como la Universidad Politécnica de València, la Universidad Jaime I, la Miguel Hernández o la propia Universitat de València. Red de conocimiento que sigue preparando a grandes profesionales capaces de aplicar la tecnología que nuestra sociedad demanda. Pero, a pesar de ello, estas habilidades técnicas, según estudios de la Universidad de Harvard, deberán complementarse tanto con un alto grado de versatilidad compaginado con competencias sociales, como la persuasión, la inteligencia emocional y la enseñanza.
Por tanto, en este mundo en continuo cambio, los trabajadores que combinan versatilidad, aptitudes técnicas y sociales son los más demandados en este futuro inmediato por la sociedad en general, y más en aras de una efectiva transformación digital e industrialización.
Como datos, la reciente encuesta a titulados de la Universitat Politécnica de València, que venía a indicarnos como sólo un 32,6% de los recién licenciados con título de Grado, en el curso 2016/2017, estaban trabajando al acabar sus estudios. Por contra, la obtención de un Título de Máster Universitario, como ejemplo el Master Ingeniería Industrial, permitió que el 53,1% de los recién licenciados tuvieran trabajo nada más acabar sus estudios en una profesión como es la de Ingeniero Superior Industrial. Profesión que cuenta con más de 167 años de antigüedad y que continúa actualizada y a la vanguardia de la técnica, siendo un motor versátil de progreso de nuestra sociedad.
Además, según estudios, a nivel laboral, la transformación digital nos traerá nuevos puestos de trabajo concentrados en áreas como la ingeniería, la informática, las matemáticas y la física, demandándose otras nuevas habilidades, como es el análisis de datos, que es otro de los grandes retos a los que se enfrenta un sector como el de la Industria. Tal como he indicado anteriormente, en los próximos años, el volumen de dispositivos conectados va a aumentar de forma muy relevante, sin embargo, sólo seremos capaces de analizar un 37% de todos los datos generados en el 2020.
Hoy en día, los consumidores somos digitales, debiendo convertirse los fabricantes e intermediarios del comercio en agentes flexibles que den una respuesta a las necesidades inmediatas del consumidor digital, con el fin de ser competitivos, reduciendo los procesos de comercialización y acortando los ciclos de desarrollo de productos. Y para eso, necesitan del compromiso del sector público y la más que imperiosa necesidad de potenciar e implementar la I+D+i, que no es una opción sino una obligación como sociedad, complementando el deber, si queremos competir y ser competitivos en este mercado global, de industrializar y transformar digitalmente nuestra sociedad.