ActualidadPeriferiasReligión

El pueblo valenciano sale a la calle para celebrar la festividad de la Mare de Déu

Cañizares resalta los valores de la familia tradicional, y muestra su “preocupación” por los índices de natalidad en Europa y España por significar “miedo al futuro y carencia de esperanza”.

Valencia se rinde ante la Virgen de los Desamparados. Un año más la festividad de la Mare de Déu fue una nueva exaltación de religiosidad popular, esa que define el sentimiento y la pasión del pueblo valenciano. Y todo comenzó al amanecer, a las cinco de la mañana, con la Despertà que congregó a miles de devotos que llenaron la basílica de la virgen. Sin embargo, la convulsión de esta religiosidad se vivió, a las 10 horas, cuando miles de personas participaron en el traslado de la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados desde su Basílica a la Catedral, que ha durado 30 minutos. La imagen ha salido de la Basílica en medio del fervor de los devotos, que la han recibido con continuos vítores y piropos.

Imagen del traslado de la Mare de Déu de la Basílica a la Catedral / Foto A- Saiz

Un poco antes, a las 8 horas, la plaza de la virgen se quedó pequeña para la celebración de la Misa d’infants. En ella, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha pedido a la Mare de Déu “poner su mirada misericordiosa” fundamentalmente en las familias, que son “fuente y camino de esperanza para nuestra humanidad”, y en la nueva evangelización. Durante la celebración ha cantado la Coral infatil “Juan Bautista Comes”, dirigida por Cristina Contreras, acompañada por la Orquesta del Conservatorio José Iturbi de Valencia, dirigida por Vicente Francisco Chuliá, y con la participación de la Escolanía de la Virgen de los Desamparados.

Junto a Cañizares, han concelebrado el cardenal arzobispo emérito de Pamplona y Tudela, Fernando Sebastián Aguilar; el obispo de Ibiza, monseñor Vicente Juan Segura; el obispo de Segorbe-Castellón, monseñor Casimiro López; el obispo de Orihuela-Alicante, monseñor Jesús Murgui; el arzobispo emérito de Burgos, monseñor Francisco Gil; el obispo de Málaga, monseñor Jesús Catalá; el obispo emérito de Lleida, monseñor Juan Piris, y el arzobispo emérito de Mérida-Badajoz, monseñor Santiago García Aracil, además de los obispos auxiliares de Valencia, monseñores Javier Salinas, Esteban Escudero y Arturo Ros, los vicarios episcopales y decenas de sacerdotes, que han repartido la Comunión a los miles de participantes.Imagen de la Plaza de la Virgen durante la Misa d’Infants / Foto A. Saiz

Imagen de la Plaza de la Virgen durante la Misa d’Infants / Foto A. Saiz

Preocupación por la baja natalidad

Cañizares ha indicado que “es indispensable y urgente que todo hombre de buena voluntad se esfuerce por salvar y promover la verdad que constituye y en la que se asienta la familia así como los valores y exigencias que ésta presenta, sus derechos inalienables, entre otros, el de la educación de sus hijos, conforme sus propias convicciones religiosas y morales que se ve tan amenazado por algunos entre nosotros”. En su opinión, “entre los numerosos caminos de la humanidad, la familia es el primero y más importante de todos y no ayudarla debidamente constituye una actitud irresponsable y suicida”, y ha recordado los índices de natalidad en Europa y sobre todo en España que “son muy preocupantes por todo lo que significa, entre otras cosas, por el miedo al futuro y carencia de esperanza”.

De igual manera, dirigiéndose a la Mare de Déu dels Desamparats, el cardenal Cañizares ha expresado su deseo de que ponga su “mano cariñosa y mirada misericordiosa de Madre en los que sufren y lloran, en los débiles e indefensos, en los que viven en soledad y abandonados, los que no tienen techo ni trabajo, en los pobres que pasan hambre o necesidad, en los refugiados, perseguidos, e inmigrantes, ancianos olvidados, y en quienes han caído en el terrible abismo de la droga sin poder salir de ese agujero cruel y a los que han contraído terribles enfermedades de nuestro tiempo o que están sumidos en la depresión y en tantas heridas psicológicas o mentales”.

Asimismo, el titular de la archidiócesis de Valencia ha implorado a la Virgen de los Desamparados para que ponga “sus ojos misericordiosos en los jóvenes, que se han unido a la vida y reclaman un futuro para sí, y en los inocentes no nacidos y eliminados en el seno de sus madres y los seres humanos ya concebidos sometidos a manipulación, instrumentalización y muerte en laboratorios u hospitales o por leyes y proyectos de leyes tan denigrantes como la que se persigue, intenta o proyecta recientemente en España favorecedora de la eutanasia”.

Asimismo, ha elevado súplicas por “los que viven deprimidos y aplastados por el sinsentido de lo que ocurre y los que lloran y están afligidos, por los hijos que sufren la separación de los padres, los matrimonios rotos o en trance de romperse, y las mujeres víctimas de malos tratos hasta la muerte por algunos hombres, por las violaciones o la prostitución”.

Momento del Encuentro entre la imagen de la Mare de Déu con la imagen de San Vicente Ferrer del Altar del Mercat / Foto M. Guallart

Procesión vespertina

La jornada festiva en honor a la Mare de Déu ha concluido con la tradicional procesión  vespertina, en la que la imagen de San Vicente Ferrer del Altar del Mercat, conocida como el “Morenet del Mercat” y titular del mismo altar, ha saludado a la imagen de la Mare de Déu, durante la solemne procesión en honor a la Virgen de los Desamparados, en nombre de todos los vicentinos.

El encuentro entre ambas imágenes ha sido organizado con motivo de la celebración del sexto centenario de la muerte de San Vicente Ferrer y del Año Jubilar Vicentino que se celebra en las diócesis valencianas. El punto en el que las imágenes se han encontrado ha sido delante de la iglesia de los Santos Juanes, frente a la Lonja de Valencia.