El ensayo general del Misteri volvió a emocionar a los asistentes

El alcalde de Elche, Carlos González, asiste a unos ensayos que no dejó a nadie inmóvil

Como si fueran las representaciones oficiales, los ensayos previos a las representaciones del Misteri d’Elx, a los que asistió el alcalde, Carlos González, y buena parte del equipo municipal, volvieron a emocionar a los asistentes.

La música del Misteri permite eso, soñar, emocionar, estar sin estar, volar sin volar, como los tres aparatos aéreos que durante los ensayos volvieron a hacer acto de presencia desde lo alto del Cielo y que dieron pie, en la mayoría de los casos, a que se lucieran los cantores y los escolanos.  Antes, María, como punta de lanza de una drama en el que primero las voces blancas introducen al público en una atmósfera distinta, donde la María intercala sus lamentaciones con San Juan, y que, hacia la mitad del desarrollo de este Patrimonio de la Humanidad, son los Apóstoles los que van cogiendo el testigo. Para entonces, el público, más numeroso que en la noche anterior, sigue asombrado por lo que está viviendo, y expectante por lo que puede venir.

Tras el habitual descanso, la solemnidad envuelve aún más a la basílica. La defunción de la Virgen genera un clima de introspección, de sentimiento hondo, lo que contribuye a que cada uno continúe en sus propias reflexiones. Y es que cada uno vive a su manera La Festa.  Pero nadie se queda frío ante otro momento cumbre del drama, la Judiada, que llena de vibración el Cadafal y que despierta al más cansado de entre el público. Como regalo, los cantos ya juntos de Apostolado y Judíos, así como el Santo Tomás. La Coronación y antes el Araceli la cohetà exterior, la lluvia de oripel y el órgano omnipresente conseguían a unos profundizar en esa ensoñación en la que se sumergieron paulatinamente al inicio del drama, y a otros en devolverles a la realidad. Una realidad no tan mágica como el Misteri.