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El Rey pide a los políticos “voluntad de consenso” para alcanzar acuerdos a pesar de sus ideas

Defiende una actualización de la Constitución, porque “no es una realidad inerte, sino una realidad viva que ampara, protege y tutela nuestros derechos y libertades”

Una año más el discurso institucional de S.M. El Rey, Felipe VI, marco el inicio de las fiestas navideñas. Un discurso que abordó varias cuestiones fundamentales para el futuro del país: la recuperación del  espíritu del consenso de la transición, la reforma de la Constitución y un compromiso con los jóvenes para que pueden asentar sus proyectos personales de vida.

Respecto al espíritu de consenso, Felipe VI mostró su “preocupación” por la pérdida del espíritu de consenso que protagonizó la transición, e hizo un llamamiento a los políticos  actuales a recuperarlo, y que “sean capaces de alcanzar acuerdos, a pesar de estar muy distanciados por sus ideas y sentimientos”.  Y es que, en su opinión, “hoy, que vivimos en una democracia asentada y que compartimos unos mismos principios y valores con otras democracias de nuestro entorno, es imprescindible que aseguremos en todo momento nuestra convivencia”.

Dicha convivencia, a su juicio, “solo será posible” con la implicación de todos, y “exige el respeto a nuestra Constitución”, y apuesta por su actualización, es decir, su reforma para adaptarla a la realidad actual. A su juicio, la Carta Magna “no es una realidad inerte, sino una realidad viva que ampara, protege y tutela nuestros derechos y libertades. Todos los proyectos necesitan unos cimientos sólidos, y la España de hoy los tiene, porque están hechos de una voluntad decidida de concordia, de paz y de entendimiento”.

En este sentido, ha advertido que esta convivencia “se basa en la consideración y en el respeto a las personas, a las ideas y a los derechos de los demás; que requiere que cuidemos y reforcemos los profundos vínculos que nos unen y que siempre nos deben unir a todos los españoles; que es incompatible con el rencor y el resentimiento, porque estas actitudes forman parte de nuestra peor historia y no debemos permitir que renazcan”. Y ello, en su opinión, es “la superación de los grandes problemas y de las injusticias nunca puede nacer de la división, ni mucho menos del enfrentamiento, sino del acuerdo y de la unión ante los desafíos y las dificultades”.

No obstante, el Rey ha advertido que “la convivencia —que siempre es frágil, no lo olvidemos— es el mayor patrimonio que tenemos los españoles”. En su opinión, es “la obra más valiosa de nuestra democracia y el mejor legado que podemos confiar a las generaciones más jóvenes; y, por ello, debemos evitar que se deteriore o se erosione; debemos defenderla, cuidarla, protegerla; y hacerlo con responsabilidad y convicción. Así lo hemos demostrado durante estos últimos cuarenta años de libertad porque hemos creído en nosotros mismos y en nuestras propias fuerzas”.

Mensaje a los jóvenes

Los jóvenes fue otro de los puntales del discurso real. Con ellos buscó su complicidad para el futuro más inmediato: “Queréis vivir y convivir, pero tenéis problemas serios. Os tenemos que ayudar: a que podáis construir un proyecto de vida personal y profesional”, e instar “a seguir construyendo día a día un país mejor, más creativo, más dinámico, y siempre en vanguardia, contando con vosotros, con vuestra energía”.

En este contexto, invitó a las generaciones más jóvenes a ser participes a “ser partícipes de ese período de nuestra historia, de ese camino que permite entender por qué y cómo España ha conseguido el cambio más radical de su historia; por qué y cómo ha avanzado y prosperado tanto nuestra sociedad desde entonces” con el objetivo de pagar la deuda pendiente con nuestros jóvenes, pues “somos responsables de su futuro y las circunstancias de hoy en día no son, ni mucho menos, las más fáciles”.

Según el Rey, “los jóvenes vivís inmersos en la realidad de una sociedad tecnológica —de cambios continuos y acelerados— que plantea nuevos interrogantes, pero que a la vez está llena de nuevas oportunidades. Tenéis talento, creéis en la paz, estáis abiertos al mundo porque sois y os sentís europeos, sois solidarios, estáis comprometidos con las causas sociales, con la lucha contra el cambio climático y la defensa del medio ambiente. Queréis vivir y convivir, pero tenéis problemas serios”.

De igual manera, invitó a los políticos ayudar a los jóvenes para conseguir “ocupar un puesto de trabajo que no es para el que os habéis preparado o que no responde a vuestras expectativas”, lo que se plasma en ayudarlos a “construir un proyecto de vida personal y profesional, con un trabajo y un salario dignos, a tener un lugar adecuado donde vivir y, si así lo queréis, a formar una familia y poder conciliar con la vida laboral”.