El Gobierno anuncia su disposición a artivar la cláusula de importación de cítricos
El ministro de Agricultura, Luis Planas, se compromete a la defensa del sector citrícola, pero ha aconsejado que hay planificar mejor las ventas
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha informado de que el Gobierno central ha pedido a la Unión Europea un seguimiento específico sobre el mercado de los cítricos y las importaciones de países terceros, y si «ve argumentos» pedirá que se active la cláusula de salvaguardia.
Planas ha hecho estas declaraciones en rueda de prensa tras la reunión que ha mantenido este lunes con el president de la Generalitat, Ximo Puig, y representantes de las asociaciones agrarias de la Comunitat Valenciana, y ha asegurado que al Gobierno «no le temblará la mano» en la petición de dicha cláusula «si ello fuera necesario en defensa de los intereses del sector».
El ministro ha señalado asimismo que el Gobierno español va a pedir «todo el rigor necesario para la aplicación de las normas fitosanitarias vigentes» en relación con los productos provenientes de países terceros.
En este sentido, ha explicado que se ha pedido a la Unión Europea «un seguimiento específico de la situación del mercado de los cítricos y su relación con las importaciones de países terceros», cuando se cumplan 3 años de la entrada en vigor de forma provisional del tratado comercial comunitario que se firmó con varios países africanos.
De igual manera ha recordado que estructurarse en torno a organizaciones profesionales da acceso a fondos europeos y la posibilidad de regular la oferta y de planificar mejor las campañas, para así conseguir un incremento de los precios.
«Hay que organizarse más y mejor», ha proseguido Planas, quien ha lamentado que la bajada de los precios es «injusta en relación con trabajo y las inversiones efectuadas por los agricultores».
Por su parte, el president de la Generalitat, Ximo Puig, ha defendido que en estos momentos «es fundamental dar certidumbre» a todos los agentes del sector agrario, así como una «reestructuración del sector, tanto en el tema comercial como en la propia arquitectura institucional del sector».
Puig ha lamentado que la cuestión de los cítricos «no es un problema reciente», sino que «vive una cierta crisis permanente», pero también «una cierta capacidad de actualización permanente».
Por ello, ha dicho compartir con el ministro de Agricultura un «optimismo crítico» con el futuro del sector, al tiempo que ha recordado que «no hay ninguna sociedad avanzada del mundo que no tenga un sector agrario potente».
Así, ha defendido la importancia de «dar certidumbre» a los productores, buscando una reciprocidad «clave» desde el punto de vista comercial y medioambiental, y ha abogado por la colaboración entre agricultores y administraciones para aumentar la promoción y ampliar los mercados.