El debate de TVE aumenta las expectativas de VOX sobre el PP
Rivera se convierte en el virtual ganador del debate sin aclarar pactos, mientras que Iglesias busca su hueco, y Casado presenta un cambio de talante
Aunque no estuvo en el debate, Vox, el partido de Abascal fue el virtual ganador, entre otras cosas, porque estuvo bien presente en el debate, sobre todo a iniciativa de Pedro Sánchez, para defenderse, y porque aumentó sus expectativas electorales, principalmente, a costa del PP, cuyo líder cambió el talante, sustituyendo su discurso agresivo de los últimos meses por otro más institucional, una actitud que los antiguos votantes cuestionan a los populares en las encuestas, y por la que achacaban su cambio hacia VOX.
Y es que Pablo Casado intentó ofrecer una actitud de poli bueno ante los espectadores, frente al líder del Ciudadanos, Albert Rivera, que llevó toda la critica a la gestión del jefe del ejecutivo, Pedro Sánchez, e intentando ponerlo en cuestión durante varios momentos del debate, tanto al preguntarle sobre los posibles indultos a los independentistas catalanes como al referirse a la sentencia de los ERE de Andalucía. Eso sí, no se pronunció sobre los posibles pactos post-electorales a preguntas del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, que intentó buscar un hueco mostrándose como el más constitucionalista y buscando una oportunidad dentro del sistema político, que tanto criticó en otros momentos.
Sánchez es quien sacado a colación a Vox , que no ha podido debatir por decisión de la Junta Electoral, advirtiendo de que solo el PSOE puede frenar que en España suceda lo mismo que en Andalucía: «Casado de presidente, Rivera de acompañante en algún Ministerio y la ultraderecha a los mandos». Con ello, ha tratado de reprochar a Rivera su posición respecto a Vox, para queno a esa «ultraderecha temible» que «dice que hay que tener armas en casas, suprimir las autonomías, que dice que la violencia de género es un cuento y el genocidio nazi un invento».
Respecto a los pactos, el jefe del ejecutivo ha evitado descartar un pacto de gobierno con Ciudadanos, como le ha reclamado una y otra vez el líder de Podemos, Pablo Iglesias. En su lugar, ha apostado por «un tercer espacio» en el que haya una «amplia mayoría que apoye un Gobierno formado por socialistas e independientes progresistas», como el que ha liderado estos 10 meses.
Sánchez ha dejado sin respuesta la oferta de Iglesias, que se ha mostrado dispuesto a colaborar con el PSOE “pese a la sensación de que no siempre cumple lo que dice» y se ha dedicado a reprochar a Ciudadanos que le haya puesto un «cordón sanitario». Albert Rivera, a su vez, ha ofrecido a Pablo Casado un pacto para un gobierno «constitucionalista» y sin el PNV, y éste le ha respondido que él es «bastante más creíble» que Ciudadanos en materia de pactos. El líder de Ciudadanos tampoco se ha pronunciado sobre un hipotético pacto con el PSOE.
Todo ello salpicado de alusiones directas a casos de corrupción. Sánchez ha definido la sede del PP como un «gran bazar de la corrupción», citando especialmente por el Caso Gürtel, mientras que Casado ha recordado al PSOE que es el único partido condenado, en referencia al caso Filesa, Rivera le ha preguntado a Sánchez si dimitirá si hay sentencia condenatoria por los ERE en Andalucía y éste le ha respondido si se irá él por las primarias de Ciudadanos en Castilla y León.
Iglesias ha aprovechado una alusión de Sánchez a la «mal llamada policía patriótica» para recordar este asunto y el jefe del Ejecutivo le ha asegurado que siente «empatía» con él por esta «violación de su intimidad» y que «las cloacas del Estado se fueron por el desagüe de la moción de censura».
En cuanto a cuestiones programáticas, Rivera ha defendido a Ciudadanos como “el partido de los autónomos”, mientras que Casado ha tratado defender la gestión del gobierno de Rajoy “que usted la interrumpió para pactar con los golpistas”, anunciando una política de bajada de impuestos y el anuncio de más empleos, “frente a los recortes y despidos de Zapatero”. Por su parte, Sánchez ha defendido las medidas en materia de empleo puestas en marcha estos meses, mientras que Iglesias ha recordado que tener un empleo y la estabilidad laboral es un derecho constitucional.