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Celebrada la ordenación de diez nuevos sacerdotes de la diócesis de Valencia

El cardenal Cañizares pide a los nuevos sacerdotes que sean “evangelizadores valientes, audaces y libres para anunciar al Evangelio”

El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha conferido este sábado la ordenación sacerdotal a diez diáconos en el transcurso de una solemne  misa que ha presidido esta mañana en la Catedral, abarrotada de fieles, y en la que han concelebrado cientos de sacerdotes.

“Sois un regalo de Dios”, ha dicho el cardenal a los ordenandos, a los que ha recordado que “somos sacerdotes de la fe y para la fe, para anunciarla y proclamarla sin ahorrar nada”.

Por ello “sed sacerdotes, como San Pedro y San Pablo,  testigos valientes del Evangelio, audaces y libres para anunciar al Evangelio, obedeciendo a Dios antes que a los hombres, las ideologías, las culturas y al poder”, porque   “hoy anunciar a Jesucristo es abrir caminos de esperanza en los momentos decisivos que vivimos en la Iglesia y en el mundo”.

En este sentido, les ha alentado a ser “incansables en anunciar el Evangelio, a tiempo ya destiempo, en medio de dificultades, sin echaros atrás en este anuncio, sin importaros el camino arduo, porque el Evangelio es fuerza de salvación para todos”, y les ha instado a “anunciarlo siempre en comunión con la Iglesia, con el papa, sin ningún recelo y temor”.

Los nuevos sacerdotes son Enrique Baviera, de 27 años, de Valencia;  Carlos Bou de 61 años, de Valencia;  Gilberto Claro, de 31 de Gibara (Cuba); Onofre Gabaldó, de 27 años, de Quart de Poblet; Jorge López, de 30 años, de Valencia; Ignasi Llópez, de 33 años, del Cabanyal (Valencia); Enrique Sáiz, de 27 años, de Alfafar; Pablo Sanchis, de 25 años, de Xàtiva; Joaquin Todolí de 40 años, de Valencia;  Jose Luis Viguer, de 40 años de Valencia;

“A cada uno de vosotros, Dios os ha elegido, no sois vosotros los que elegís, sino que Él os ha elegido y llamado, desde antes de la creación del mundo”, les ha indicado también el arzobispo en su homilía.

También ha resaltado que “la Eucaristía  está en el centro del ministerio sacerdotal; somos ordenados para la Eucaristía,  misterio de la fe”. En realidad, ha añadido “toda la vida del sacerdote no debiera ser otra que la presencia y prolongación de la Eucaristía. Nuestras palabras, gestos y actitudes debieran expresar lo que se realiza en la Eucaristía, sacramento de nuestra fe”.

Al finalizar su homilía,  ha pedido a todos rezar por el Papa Francisco y también por el próximo Sínodo Diocesano de Valencia,  convocado por el propio Arzobispo, “para que nos ayude a renovar la Iglesia y que se reavive la fe”. “Todos estamos llamados a participar en este Sínodo, que es una llamada que Dios nos dirige para hacer una Iglesia viva que se cimenta en la fe”.

La misa de ordenación sacerdotal ha sido celebrada en la solemnidad litúrgica de San Pedro y San Pablo y también en la clausura del Año Santo Jubilar Vicentino, por el sexto centenario de la muerte de San Vicente Ferrer, patrón regional de la Comunitat Valenciana.

Con el Cardenal ha concelebrado monseñor Esteban Escudero, obispo auxiliar de Valencia,  y centenares de sacerdotes que ocupaban las naves laterales del altar mayor,  entre ellos los rectores y formadores de los Seminarios, miembros de la Curia Diocesana y del propio Cabildo de la Catedral. En la misa ha cantado el coro del Seminario Metropolitano de Moncada.

Acompañando la celebración, cuatro campanas de la torre del Miguelete de la Catedral han sido volteadas a mano por los campaneros de la Seo.