El PP-CV baraja suprimir los distritos de la ciudad de Valencia
Fuentes de la dirección regional justifican la decisión “por motivos económicos” ante la caída de ingresos por los resultados electorales
Pase lo que pase en los próximos meses el PP-CV no será el mismo dentro de un año, ya sea por la continuidad del actual equipo gestor, ya sea por el triunfo de algunas de las muchas conspiraciones que se están reuniendo estos días. En el caso de continuidad del equipo que dirigen Isabel Bonig y Eva Ortiz parece que también preparan cambios orgánicos importantes.
De ellos, según ha averiguado Mediterráneo Press, el mayor cambio es la supresión de los distritos de la ciudad de Valencia, unas organizaciones locales que dotaban al partido de un tejido social en los principales barrios de la ciudad, y que, durante los treinta años de gobierno de Rita Barberá al frente del ayuntamiento de la ciudad fueron esenciales para su defensa e integración del partido en ADN de la ciudad.
Su supresión, según dichas fuentes, está justificada “por motivos económicos”, pues, con la reducción de representantes en las distintas instituciones, especialmente, en Les Corts Valencianes se produce “una reducción de ingresos que lleva a tener que reajustar las cuentas y apretarse el cinturón”.
De esta manera, los populares prevén cerrar todas las sedes existentes en los distintos distritos de la ciudad de Valencia, y unificarlos en la agrupación local, cuya sede estará previsiblemente junto a la regional y la provincial, una sede ubicada en un edificio de oficinas, que cuesta mensualmente 8.000 euros, y que los populares no pueden abandonar al tener firmado un contrato con penalización en el caso de que los populares quisieran abandonarla antes de que concluya el periodo contratado.
La decisión adoptada desde la dirección regional del PP-CV no ha sentado bien en los distritos, y de hecho, éstos han sido los que se han puesto en contacto con Mediterráneo Press para denunciar la situación. Según aseguraba un dirigente de estos distritos, “si en ellos será prácticamente imposible volver a gobernar en Valencia y ser primera fuerza de la derecha, pues, sin bases no habrá equipos para hacer una campaña con garantizas”, y aseguraban que buena parte del éxito de los ocho concejales obtenidos el pasado 26 de mayo se deben a los distritos “sin ellos el resultado hubiera sido mucho peor”.
Buena parte de estos dirigentes aseguran que la justificación “no es real”, ya que, a su juicio, “existen otras formas para reducir costes” como reducir personal o renegociar el contrato de la sede regional, pues, según aseguran, “algunos de los locales de los distritos son aportados por los militantes teniendo que pagar únicamente gastos”.
En este sentido, achacan la decisión a “un intento de controlar Valencia para asegurarse la victoria en un congreso regional o provincial”, es decir, achacar intereses personales de la dirección regional “frente al interés general del PP-CV de preparar el partido para ganar elecciones”.