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Los tópicos en la publicidad del turrón: del flamenco a El Escorial pasando por trajes regionales

A mediados del siglo XX los expertos en marketing hallaron una mina de oro al anunciar los dulces de Jijona mediante motivos recurrentes

El ‘typical spanish’ estuvo muy presente en la publicidad y el marketing de la industria del turrón de Jijona, la cuna por excelencia del postre navideño más universal. En una segunda entrega, el cronista oficial de la ciudad de Xixona, Bernardo Garrigós Sirvent, que ya el pasado año divulgó en el Programa de Fiestas jijonenco (editado por la Federació Sant Sebastià i Sant Bartomeu) un artículo sobre la presencia de la tauromaquina en la publicidad del turrón, ilustra sobre la estrategia publicitaria de las empresas en boga de la época, con tópicos y motivos muy recurrentes como los monumentos (El Escorial, por ejemplo), los trajes regionales del más típico folclore y el flamenco. Interesante recorrido por un ramillete de importantes empresas y marcas de la época que demuestran que los industriales jijonencos siempre buscaron profundizar en el nuevo cliente extranjero como apuesta para consolidar la venta navideña e incluso desestacionalizar las ventas durante todos los meses del año.

“En la segunda mitad del siglo XX, las empresas turroneras usaron diferentes reclamos publicitarios para acercarse a los turistas que llegaban a nuestras costas y a los emigrantes que residían en América”, reflexiona Bernardo Garrigós. Para ello, los empresarios jijonencos, que ya tenían experiencia en algunos casos allende las fronteras transoceánicas, intentaron explotar la imagen típica de España mediante la utilización de todos los tópicos relacionados con el mundo de la tauromaquia, los monumentos más representativos de la geografía española y, en especial, aquellos relacionados con la monarquía de los Austria y el tipismo de las diferentes regiones de España.

Ya desde el año 1920, los principales monumentos españoles fueron empleados por las em,presas turroneras. Un ejemplo lo ilustra la firma Llorens y Carbonell, la cual usó la imagen de El Escorial como reclamo publicitario de sus productos. En la colección del Ayuntamiento se conserva una caja de hojalata de la histórica marca ‘La Jijonenca’ de la empresa Llorens y Carbonell destinada al dulce de membrillo. En la zona central de la caja se reproduce una imagen ovalada del palacio real de El Escorial. Se enmarca en una orla de forma rectangular constituida por motivos florales. La decoración sigue los criterios de estilo del Modernismo. Fue realizada por Cirages Français de Santander, empresa fundada en 1881 por Jean Berthoud en París y especializada inicialmente en la fabricación de productos para encerar y pulir, aunque también destacó en los envases metálicos decorados. A finales del siglo XIX abrió una fábrica en Santander.  

Otro ejemplo es el de la empresa García Abelló y Cía domiciliada en Buenos Aires que usó la fachada de la Giralda como emblema y marca de sus productos. Se conserva una caja prismática de hojalata par turrón de yema de 450 gr. Producida por la fábrica García Abelló y Cía de la calle Pavón de Buenos Aires, en la República Argentina. Toda la caja está cubierta por una decoración en damero de color rojo y oro. En el centro de la tapa superior aparece la fachada de la Giralda de Sevilla. La Giralda era el nombre de turrones y dulces fabricados por esta empresa. La mercantil era propiedad de Rafael García Bertomeu, natural de Dénia y a ella acudían varios maestros turroneros jijonencos como Roscat, Velemo y Llegum, explica el cronista Bernardo Garrigós. El propietario corría con los gastos de la plantilla jijonenca, que normalmente embarcaba en Cádiz sobre el 29 de agosto (tras las fiestas de moros y cristianos) y regresaba por Sant Antoni, el 17 de enero, si no alargaban la temporada hasta la Pascua para elaborar el dulce de membrillo.

También la Giralda de Sevilla es el icono publicitario de A. Monerris Planelles (Turrones El Almendro), que lanza en 1955 una campaña de publicidad a través de una agencia de Valencia con una propuesta a consumidores franceses denominada Rloutes d’Espagne con la propuesta de visita a 7 ciudades españolas: Madrid, Barcelona, Burgos, Sevilla, Granada, Valencia y Jijona. Incluía otros elementos monumentales típicos como Cibeles, La Sagrada Familia, la Catedral de Burgos o el patio de los Leones de la Alhambra de Granada, así como el Miquelet de València. También promocionó El Almendro su turrón de Alicante con la imagen del Alcázar de Segovia.

Hijos de Manuel Soler (El Lobo – 1880) lanzó una campaña en 1970 basada en la imaen de diferentes catedrales de España. Incluyó, al menos, la de Sevilla y Santiago de Compostela para promocionar su turrón imperial (de Alicante). En 1962, Hijos de Vicente Arques y Cia presentó uno de los primeros ejemplos de fusión de foclore con monumentos españoles, como el acueducto de Segovia, con la marca ‘El Áncora’.

En la década de 1960, la empresa Sucesores de Pascual Coloma Arques SRC, fabricante número 102, comericalizó su marca de turrones y dulces Coloma con un envase prismático de cartón realizado por la empresa alcoyana AG Aitana. Muestra un diseño innovador con un marco en forma oblicua y no paralela como era tradicional, con una pareja de sevillanos bilando con la Giralda contemplada por ellos, unos maños interpretando la jota cerca de la basílica del Pilar o unos valencianos danzando junto a una barraca, construcción rural típica de la huerta.

En la década de los años 60, Vicente Sanchis Mira e Hijos diseñó una caja prismática de caucho para sus ‘exquisitos Sanchis Mira’, con motivos geométricos con una sarao flamenco. Una bailaora con traje de faralaes rojo hasta los pies y un grupo de cantaores y guitarristas con la Giralda al fondo.

Un nuevo recorrido del cronista oficial de Xixona, Bernardo Garrigós, sobre la historia reciente de la estrategia publicitaria de la industria del turrón a mediados del siglo pasado que no hace sino certirficar el alto nivel de emprendimiento y de conocimientos que sobre comunicación, packaking y publicidad tenían los principales empresarios de la época para tratar de ahondar en todos los segmentos y perfiles de consumo y, además, tratar de desestacionalizar las ventas, uno de los principales caballos de batalla del sector aun hoy, dado que el 90% de las ventas dentro y fuera de España se concentran en el mes de diciembre, o sea, la Navidad.