Nueva denuncia sobre la naranja de Sudáfrica: El transporte a la UE supone la emisión de 13 gr de CO2 a la atmósfera
El consumidor europeo debe ser consciente de que consumir productos fuera de temporada de terceros países agrava el cambio climático
Se acaba de cerrar una cumbre ambiental decepcionante en cuanto a las conclusiones y compromisos. Todo el mundo habla de cambio y emergencia climática, pero, según la Unió de Llauradors, “a veces no nos damos cuenta de la relevancia que para hacer frente a ello representan algunas decisiones europeas relacionadas con nuestro sector agrario”.
Es el caso de las importaciones de productos de terceros países. Así, lo denuncia un estudio de la Unió de Llauradors i Ramaders, sobre productos que se pueden encontrar según temporada en los lineales de nuestros supermercados e hipermercados. Estos productos generaron en 2018 una emisión a la atmósfera de más de 378.000 toneladas de Dióxido de Carbono (CO2) en el transporte marítimo hasta los puertos europeos.
En este estudio, cuyos primeros resultados se avanzaron hace unas semanas y en el que se ha incluido ahora también la miel de China, se analizan las emisiones de Gases de Efecto Invernadero del transporte de estas mercancías a la Unión Europea. El transporte de mercancías es uno de los sectores que más emisiones de CO2 a la atmósfera genera, y el marítimo aún más, y es imprescindible por tanto emprender medidas para reducir estas emisiones.
El estudio se basa en las importaciones procedentes de países situados al otro lado del mundo (Sudáfrica, Australia, Brasil, entre otros) y que utilizan exclusivamente el transporte marítimo para traer las mercancías a Europa.
Por tanto, una de las conclusiones del estudio es que el consumidor europeo sea consciente que cuando adquiere productos fuera de temporada de las producciones europeas, está contribuyendo a la emisión de gases de efecto invernadero y que consumiendo productos europeos reduce el impacto del transporte marítimo sobre los efectos del cambio climático.
A modo de ejemplo, según el estudio elaborado por la Unió de Llauradors, un vaso de zumo de naranja brasileña está emitiendo 17 gramos de CO2, mientras que cada vez que se come un cítrico procedente de Sudáfrica está emitiendo 13 gramos de CO2 por pieza de fruta.
Respecto al arroz, hay que tener en cuenta que hacer una paella con arroz de Myanmar o Camboya, cada cucharada de arroz que se come está emitiendo 2 gramos de CO2 a la atmósfera, la misma cantidad que emite cada almendra que se come si procede de los Estados Unidos
De igual manera, por cada cucharada de miel que se echa a la leche, café o cuajada emite 6 gramos de CO2, mientras que si se compra uva de mesa procedente de Chile, cada racimo emite 48 gramos de CO2 a la atmósfera.
En cuanto a la carne importada, ésta también tiene consecuencias para el medio ambiente, cada chuleta de cordero que se come procedente de Nueva Zelanda o Australia está contribuyendo en emitir 18 gramos de dióxido de carbano.
Asimismo, por cada entrecot de vaca argentina que está comiendo, se está emitiendo 7 gramos de CO2.