La inversión en TIC y activos productivos gana terreno en 2022 imitando el patrón europeo e iguala el peso de la inversión inmobiliaria

La inversión bruta en España crece, en términos reales, un 5% en 2022, hasta los 260.191 millones de euros corrientes, siguiendo la senda de recuperación iniciada en 2021, tras la caída del -9,7% sufrida en 2020. Aun así, todavía no se ha alcanzado el nivel previo a la pandemia.

España ha mantenido durante mucho tiempo un patrón de inversión alejado del de los países occidentales desarrollados. Mientras la economía española invertía mucho en activos inmobiliarios, el resto de economías de referencia, como EE. UU., Francia, Reino Unido o Alemania realizaban procesos de inversión menos intensos pero más productivos, centrados en la maquinaria, los activos TIC y la I+D, según las cifras publicadas por Eurostat y el Bureau of Economic Analysis (BEA). Sin embargo, esa tendencia ha ido variando claramente desde 2007 y en 2022 el peso de los activos inmobiliarios supone la mitad de la inversión total de España, mientras que en los últimos años del boom inmobiliario, entre 2004 y 2007, llegaron a alcanzar un 68%. La otra cara de la moneda de ese relevante cambio en la composición de la inversión es la mayor importancia de los activos más productivos, que han pasado de representar el 32% en 2007 a completar la otra mitad del total de la inversión en 2022. Dentro de ellos destaca el crecimiento de los activos TIC, en especial el software, la I+D y otros activos inmateriales, que juntos ya representan en el último año más del 20% de la inversión. Esta nueva tendencia supone una oportunidad de crecimiento para la economía española, ya que la mayor inversión en activos intensivos en conocimiento está relacionada con la obtención de un mayor PIB per cápita.

Este cambio de tendencia es uno de los principales mensajes del informe El stock de capital en España y sus comunidades autónomas. Análisis de los cambios en la composición de la inversión y las dotaciones de capital entre 1995 y 2022, que ha elaborado el Ivie en colaboración con la Fundación BBVA, y que se acaba de publicar. El estudio, dirigido por los investigadores del Ivie Francisco Pérez, Matilde Mas y Juan Fernández de Guevara, en colaboración con los economistas Eva Benages y Juan Carlos Robledo, analiza un año más la trayectoria de la inversión y las dotaciones de capital público y privado en España y sus territorios desde 1995, ofreciendo en esta ocasión actualizaciones importantes: estimaciones hasta 2022 para España y hasta 2021 para la información regional. La publicación acompaña a la actualización de la base de datos El stock y los servicios de capital en España y su distribución territorial y sectorial, que se ofrece de forma abierta y gratuita a los usuarios interesados.

La inversión bruta en España registró un crecimiento real del 5% en 2022, hasta alcanzar los 260.191 millones de euros corrientes, siguiendo la senda de recuperación de 2021 tras la fuerte caída del -9,7% experimentada en 2020. En euros corrientes la inversión en 2022 ya supera sus niveles precrisis pero en euros constantes (tras considerar los cambios en los niveles de precios de los activos) todavía no los alcanza. La inversión pública, que representa el 9% del total, registró en el último año un alza real del 5,5%, mientras la inversión privada, que representa el 91% de la inversión total, crecía un 4,9%. El esfuerzo inversor (la inversión total como porcentaje del producto interior bruto [PIB]) se mantuvo en el 20% el año pasado, un porcentaje similar al de 2021 y muy alejado del máximo del 30% alcanzado en 2006.