Miles de voluntarios acuden al llamamiento de la Generalitat para normalizar la zona devastada por la DANA
Algunos de los voluntarios fueron llevados al centro comercial Bonaire ante la falta de otras necesidades reclamadas por los alcaldes provocando el rechazo de los colaboradores
Minutos antes de las 7 de la mañana, unos 15.000 voluntarios se han congregado este sábado en los alrededores de la Ciutat de les Arts de València para desplazarse, en diferentes autobuses, hacia los municipios más afectados por la Dana, catástrofe que, por el momento, ha dejado 202 víctimas mortales en la autonomía.
De ellos, 9.750 se han desplazado a los pueblos, mientras que el resto tendrán que esperar para otros días. En concreto, a primera hora han salido 50 autobuses para desplazarlos a distintos pueblos y la avalancha de voluntarios ha obligado a habilitar más vehículos. Así, los primeros han acudido hacia las zonas afectadas y han regrado a las 14 horas al punto de partida, mientras que los siguientes han salido a las 14 horas y han vuelto sobre las 16 horas. En la Ciutat de les Arts de València se están entregando petos para identificar a los voluntarios y algún material con comida y agua.
Sin embargo, la jornada de ayuda no ha acabado correctamente, pues, algunos voluntarios que acudieron al punto desde donde iban a partir los autobuses lanzadera puestos por la Generalitat para ayudar en las zonas afectadas denunciaron que, en algunos pueblos, no se pudo acceder; otros autobuses fueron redirigidos, y en otro convoy hubo una pequeña rebelión al ver que iban a despejar el centro comercial Bonaire, una de las zonas donde podría haber más víctimas debido a las dimensiones de su garaje subterráneo, completamente inundado.
La vicepresidenta del Consell, Susana Camarero, ha calificado estas situaciones de «anecdóticas» y pidió comprensión a la ciudadanía, pues, «la situación es muy difícil porque estamos gestionando a miles de personas, todas con cientos de personas que llevan trabajando muchos días para intentar hacer todo lo mejor posible». Según ha explicado, «es cierto que algunos han sido redirigidos a otras localidades porque, cuando llegaron, la situación había cambiado, otras personas no organizadas habían aparecido y ya no eran necesarios», y ha señalado que, en muchos casos, los propios alcaldes les han informado de que, en ese momento, las necesidades ya estaban cubiertas, por lo que hubo que redirigir a los voluntarios a otros lugares.