El régimen chino y el de Franco
Salvando el tiempo y las distancias, el régimen chino de hoy más que al de su fundador, Mao Tse-Tung, se parece al de Francisco Franco. No es una humorada, ya que el país de Xi Jinping es una autocracia capitalista a gran escala, con unas desigualdades brutales en el nivel de vida de sus habitantes, y un partido que a diferencia del franquista no se llama Movimiento Nacional, sino Partido Comunista, aunque su objetivo sea el mismo: reprimir cualquier tipo de disidencia. Para hacer más obvias las similitudes, ambos regímenes practicaban y practican la pena de muerte como máximo castigo.
Éste, el asiático, es el Gobierno al que ha ido a abrazarse Pedro Sánchez, haciendo loas de sus líderes y de sus resultados económicos. Mientras hace esto, persigue con encono la figura de Franco y hasta la mera mención de su nombre y tilda a su gobierno como liberticida, lo que es cierto, con independencia de que también lo es el de Xi Jinping.
No se trata de la única incoherencia de las muchas que hace gala Pedro Sánchez, quien compadrea con los regímenes autocráticos y antidemocráticos de medio mundo, pero sí que refuerza su falta probada de principios y la falsedad de los tópicos acuñados con una visión maniquea de la Historia.
Que nadie se crea falsa o arbitraria la hipótesis esgrimida en este artículo, por original que pueda ser, pues a los datos me remito y que la auto denominación del régimen chino como comunista no impide que éste sea un capitalismo de Estado cada vez más creciente, con todas sus funestas consecuencias.